jueves, 2 de octubre de 2008

Preguntas Generales

¿Qué es un trasplante hepático?

El trasplante hepático en su forma más habitual, consiste en una cirugía que reemplaza el hígado dañado de una persona por un órgano de un donante. El donante puede ser alguien que ha fallecido o un donante vivo. La mayoría de los trasplantes que se realizan actualmente en adultos son de donantes fallecidos.

¿Quién necesita un trasplante hepático?

Las personas que tienen una falla importante de la función hepática requieren un trasplante. Esta falla puede ser aguda, que se desarrolla en pocos días o semanas, o crónica, que es la forma más frecuente y cuya principal causa es la cirrosis hepática. Hay otras causas de trasplante hepático como el hepatocarcinoma (cáncer hepático) o ciertas enfermedades metabólicas. Las principales causas de trasplante hepático en adultos en Chile son la hepatitis crónica por virus C, la cirrosis biliar primaria, la enfermedad hepática alcohólica y la hepatitis autoinmune.

¿Cuándo se indica el trasplante?

El trasplante hepático mejora las expectativas y calidad de vida de las personas que tienen enfermedades hepáticas crónicas (principalmente cirrosis). La clave es no realizar este procedimiento en una etapa muy temprana de la enfermedad, en que el riesgo del trasplante es mayor que el riesgo de la propia enfermedad, pero tampoco plantear el trasplante cuando la enfermedad está muy avanzada y puede ser tarde.
¿Cuáles son las indicaciones específicas para el trasplante hepático?

La indicación de trasplante debe ser realizada en el paciente individual y siempre pasa por la decisión de un equipo multidisciplinario que incluye hepatólogos, cirujanos hepato-biliares, asistentes sociales, sicólogos, siquiatras y otros especialistas. Algunas situaciones que en general se aceptan como indicaciones de trasplante son:

* Deterioro de la función hepática, objetivado como clasificación B de la escala de Child-Pugh.
* Complicaciones de la cirrosis: Peritonitis bacteriana espontánea, ascitis y encefalopatía hepática.
* Hepatocarcinoma cuando se cumplen ciertas condiciones bien definidas.

¿Cómo es la evaluación pre-trasplante?

El trasplante hepático es un procedimiento altamente complejo, por lo que requiere una completa evaluación del paciente. Se piden una serie de exámenes de sangre, estudios para objetivar el estado del sistema cardiovascular y respiratorio con radiografías y otros estudios, en ocasiones invasivos. Se necesita un estudio de imágenes detallado del hígado y sus vasos sanguíneos con una ecografía con Doppler y/o resonancia nuclear magnética. Se pide habitualmente una endoscopia digestiva alta y en ocasiones una colonoscopia. El candidato también es evaluado por otros especialistas que participan en el grupo de trasplante, como siquiatra y sicólogo, asistente social, cardiólogo, infectólogo, neurólogo, anestesiólogo y otros según necesidad.

¿Cuáles son las contraindicaciones para un trasplante hepático?

Cada centro de trasplante tiene sus propias políticas. Algunas situaciones que antes se consideraban que excluían la posibilidad de trasplante, como la infección por el virus de inmunodeficiencia humana (HIV, virus del SIDA), ya no se consideran contraindicaciones absolutas. De todos modos, algunas condiciones que usualmente se consideran contraindicaciones para el trasplante son:

* Edad avanzada (en muchos lugares sobre 65 años).
* Presencia de otras enfermedades graves como cáncer, insuficiencia cardiaca o respiratoria.
* Infecciones no controladas.
* Consumo de alcohol importante en los 6 meses anteriores al trasplante.

¿De donde proceden los órganos transplantados?

La mayoría de los hígados trasplantados proceden de donantes de órganos que han muerto. Estos donantes son adultos o niños que se encontraban en estado crítico (a menudo debido a lesiones por accidentes) y que murieron por dicha causa. Si el donante es un adulto, puede haber dado su consentimiento para donar sus órganos antes de haberse enfermado. Los padres o el cónyuge también pueden decidir la donación de órganos de un pariente. Los donantes pueden ser de cualquier lugar de Estados Unidos. A este tipo de trasplante se le llama trasplante de donante cadavérico.

Un individuo que recibe un trasplante puede recibir un hígado entero o una parte del mismo. Si hay un hígado de adulto disponible y es compatible con dos individuos de la lista de espera, se puede dividir el hígado del donante en dos partes y se trasplanta cada una de ellas. Esto es más común en los niños que en los adultos.

Los miembros de la familia vivos también pueden donar una parte de su hígado. A este tipo de trasplante se le llama trasplante de donante vivo. Los individuos que reciben una porción de un hígado responden tan bien como los que reciben un hígado entero. Los parientes que donan una porción de su hígado pueden llevar una vida sana con la porción que les queda.


¿Cómo puedo saber si necesito un trasplante?

Para evaluar esta posibilidad debe planteárselo a su médico. Si él no está familiarizado con el proceso, puede ser conveniente que solicite una evaluación directamente en un centro con disponibilidad de trasplante. En Chile, puede ser evaluado por un hepatólogo de la Pontificia Universidad Católica.

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